Se trata de un estado intermedio entre líquido y sólido, o sea, que esté blanda y muy cremosa, con la textura de una pomada o crema, de ahí el nombre de mantequilla en pomada o en punto pomada. Para conseguir este punto de la mantequilla debemos tener la mantequilla a temperatura ambiente durante unas horas y así obtendremos la consistencia cremosa que necesitamos, pero yo lo hago con el microondas, uno de los métodos más fácil y rápido…
Preparación:
Cortamos en trozos pequeños la mantequilla que necesitamos para la receta y los metemos en un bol apto para microondas.
Metemos el bol en el microondas a máxima potencia unos 20/30 segundos, hasta que se derrita la mitad de la mantequilla.
Sacamos el bol y batimos la mantequilla con un tenedor hasta que se forme una mezcla homogénea. Al estar caliente la mantequilla derretida funde la que no se ha derretido y así se crea un estado entre líquido y espeso, y casi con la temperatura necesaria (24º/25º) para que se quede en punto pomada.
Ahora debemos dejar enfriar la mezcla y en unos minutos tendrá la textura cremosa que necesitamos, o sea, en punto pomada.
Si queremos que se nos haga antes podemos meter la mezcla en el frigorífico 2 o 3 minutos, pero no debemos despistarnos porque enseguida se solidificaría la mantequilla y tendriamos que volver a empezar.